Vestida de domingo lluvioso.

Suele pasarme cuando tengo demasiadas cosas que expresar, que no consigo atrapar.. me pesa la cabeza, me pesan los pensamientos, desordenados, inquietos van y vienen, rondan sin darme tregua.
Es entonces cuando pienso en escribir, pero nada sale, nada coherente o con sentido, ni siquiera para mí.
Pienso en demasiadas cosas, todas a la vez pero no demasiado profundamente por no otorgarles una importancia que no quiero que tengan.. que no la que tienen...
Rondan por mi mente personas.. una en especial, nueva..que cree que le creo la baratija de excusas y la falsa verborrea, mentiras..adornos.. pero siempre gusta quedar bien, gustamos a todos y nos acostamos mejor, nunca quedar mal.. parece que el fin justifica los medios..
Pero a mí no me sirve, no me sirve su bondad fingida o su compasión hacia mí, tampoco que me vista con palabras estándar.
Odio que me tomen por tonta, en cambio me lo hago muy bien.. como decía, antes de darle la importancia que quiero que tenga, salto a otro pensamiento.
Pero es que cada cosa que pasa por mi mente es aún más negativa que la anterior, aún menos tiempo le dedico con lo que genero otro pensamiento más.
Así se va llenando la olla donde todo cuece a fuego lento, y así me encuentro con la cabeza llena de cosas que no puedo sacar porque realmente no sé como.. no almenos con algo que no haya dicho ya.
En esos momentos quisiera poder estallar, explotar el enorme globo negro que soy y poder esparcirme en miles, millones, billones de partículas pequeñas que se espandan por el espacio, clara y fresca como la lluvia que hoy cae.
Poder estar cerca y lejos al mismo tiempo, estrellarme contra el suelo o en cualquier cristal, en el plumaje de un pájaro que me lleve o en un soplo de viento..
en su cara, o en sus labios.. quizás confundirme con una lágrima perdida.. donde sea, pero FUERA DE MÍ.